Una novela perfecta para enganchar a quienes no suelen leer habitualmente. Es cierto, te engancha, pero porque la mayoría de capítulos son tan cortos y están cortados tan de repente, que necesitas seguir leyendo porque, literalmente, ha cortado el capítulo. Me ha costado mucho entrar en la historia, imagino que por la voz del narrador, algunas veces de cachondeo y otras demasiado en serio. No he conectado con los personajes porque no me he sentido “con ellos”, acompañándolos. La historia está llenísima de clichés y puedo reconocer varias películas en ella. No obstante, no es el peor libro que he leído, pero me ha hecho recordar por qué no suelo leer bestsellers.

Muy entretenida. Como todo lo que escribe el autor con un ritmo muy trepidante que te atrapa en la lectura. El personaje de Antonia Scott me ha encantado, con sus toques de Sherlock. Y su escudero, Jon Gutiérrez no se queda atrás. Antonia es una persona con unas capacidades intelectuales extraordinarias, que han sido potenciadas con un riguroso entrenamiento. Forma parte de una agencia que se encarga de casos especialmente complejos. Lleva ya un tiempo retirada, por un incidente que dejó a su marido en coma. Jon es un policia vocacional de Bilbao, que por ayudar se ve envuelto en un tremendo lio que le deja prácticamente fuera de la policia. Esto sirve como punto de partida para que Jon, a cambio de limpiar su expediente, trate de hacer que vuelva Antonia a trabajar para la agencia.