La historia de Europa siempre lo negará, pero la ficción nos garantiza la existencia de una isla situada entre la costa norte de Francia y el sur de Inglaterra. Fue allí, a mediados del siglo XIX, donde lo macabro del Amor y lo generoso de la Muerte tomaron vida.Tras un primer y sangriento asesinato, el de una ciudadana cualquiera, la que aparece sin vida y bañada en sangre es la Reina. En ese momento, el Rey considera urgente dar nupcias a su única hija, la princesa Elva; quien ya había asistido a un juego de pretendientes organizado por su padre en el que no se había cumplido el deseo del monarca.Después de una nueva víctima, la figura de La Dama De La Rosa toma protagonismo, y se convierte en amante de los desvalidos hombres que acaban de enviudar.