La casa del pueblo se está derrumbando poco a poco. Kamila y el resto de la familia deciden que la mejor solución es vender esa casa, dondesus abuelos construyeron un hogar. Para ello, tendrán que desvalijarla literalmente.A través de los ojos de Kamila, y pasando por cada rincón de esa casa, volverá el recuerdo de aquellos años en los que convivieron todosjuntos. Cada habitación traerá a la memoria pinceladas sobre las relaciones familiares, la vida de los pueblos y el arraigo de la tradición.En medio de ese expolio de baúles, toallas, sábanas y variopintos artilugios, Kamila descubrirá un secreto que guardaban sus abuelos y que lo cambia todo. Entonces aparecerá la misteriosa chica de los domingos.Esta novela evoca, con nostalgia, los recuerdos de un pasado. A pesar de todo. A pesar de querer olvidar aquello que nos duele porque ya no está,porque ya no volverá y, sin embargo, tenemos que seguir viviendo con ello.Una novela que nos hará comprender que las concesiones tienen el valor que le da el que las recibe no el que las otorga.