Cuatro jóvenes de diferentes nacionalidades desaparecen en la ciudad de Barcelona. Lo insólito del hecho, hace que intervenga la Europol. Sophie van der Hammen, una solvente y a la vez irreverente agente, es la encargada de seguir la investigación hasta el mismísimo corazón del gobierno norteamericano. El rastro del dinero que se paga por el rescate deja entrever una trama de chantajes , corrupción y sucios vericuetos. Varios países con regímenes totalitarios o antidemocráticos están involucrados, donde las víctimas terminan siendo beneficiadas por sus propios verdugos. En la consecución de los hechos, queda al descubierto Terrae, una organización secreta y un hacker que mantiene en vilo al FBI. Son los ingredientes de una trama, donde nada es lo que parece y que expone la crudeza de un fenómeno extendido a lo largo del mundo, el secuestro. La resolución del caso se ve entorpecida por más de un contratiempo. Cuando parece que todo concluye, un giro final te deja con ganas de seguir investigando. En medio del argumento policial que se acerca al thriller más plano, cobra fuerza la denuncia cívica. A pesar de