Uno de los creadores e intermediarios más desconocidos de la mejor tradición cultural es Isaac de Stella, que reflexionó con rigor y belleza sobre alguno de los temas principales de la metafísica, entre los que destaca el Ser por antonomasia.

Su obra investiga el modo de acercarse a la naturaleza de Dios por medio de círculos concéntricos, en los que la razón avanza desde lo más común y superficial hasta lo más recóndito y decisivo del Ser más allá del cual no es posible pensar nada mayor y más perfecto.

Los nueve sermones que recoge la cuidada edición bilingüe de Eduardo Otero Pereira permiten adentrarse de primera mano en un universo filosófico no tan alejado del pensamiento actual.

Isaac de Stella nació, según la tradición, a comienzos de siglo XII en Inglaterra y recibió una sólida educación filosófico-teológica. En 1147 era abad del monasterio de l’Étoile, cerca de Poitiers. En 1167 participó en la fundación de una abadía en la isla de Ré. Allí permaneció hasta su fallecimiento, hacia 1178. De su obra se conserva: el corpus de 55 sermones, la "Epistula de anima" y la "Epistula de canone misae".