La inteligencia de las cosas. La comprensión del mundo. ¿Cómo se producen? ¿En qué consisten? ¿A qué conducen? Podemos adelantar una respuesta: las cosas se comprenden conectándolas con otras cosas; el mundo se comprende conectándolo con las cosas conectadas con otras cosas. Entiéndase por “cosa”, por cierto… cualquier cosa: objetos, palabras, acciones, imágenes, miedos, etc. Y aunque puede que todo esto sea, sencillamente, lo que es, y que sea lo que es el mundo, el sentido de las cosas y del mundo… ¿también es lo que es y ya está? Nada sería diferente, en nuestro planeta, si Homo nunca hubiera llegado a pisarlo y recorrerlo, salvo que no existirían los productos de su actividad. La contaminación y la Gran Muralla, por ejemplo, las carreteras y los jardines, los libros y las vacunas. No obstante, la verdadera diferencia sería que, sin Homo, nadie se curaría del sentido de las cosas, de sus espacios, tiempos y lógicas de existencia. No hay mapas ni calendarios ni mitos fuera de la antroposfera. ¿Por qué? Trataremos de formular aquí, con humildad, sin prisa y en muy buena compañía, una posible respuesta.