Este libro constituye una mirada, un acercamiento a la cultura empresarial, realizado tras un trabajo de campo amplio del que se pueden extraer conclusiones generales que afectan a la ontología (las razones de ser empresario o directivo); a la moral y la ética (justificación y coherencia de un discurso que se ve cuestionado en su propia práctica); a los comportamientos (expresados en un repertorio gestual creado ex profeso para impresionar a los encuestadores) a la ideología (entendiéndola aquí como la percepción subjetiva de las relaciones sociales de producción). Así, lejos de los análisis habituales, el presente texto enfrenta la supuesta modernidad de los discursos empresariales con las prácticas atávicas que se siguen dando en los centros de trabajo. Y entendiendo la cultura como el conjunto de conocimientos, percepciones, actitudes e ideologías que caracterizan a los sujetos sociales, en este caso a los empresarios, se retoma el concepto marxista de formación social para explicar el grado de historicidad y las muchas anacronías que son parte constitutiva del mundo empresarial.