Ella solo quería su beca. Él, dejar de ser «el hijo de». Lo que ninguno esperaba era convertirse en la presa del otro.

Sierra O'Brienálleva años luchando por su sueño: unaábecaápara lasáprácticas universitariasáen elásantuario de animalesámás importante del país, eláImugi. Nada ni nadie va a desviarla de su objetivo. Ni siquieraáKangáni suásonrisa arrogante, susábotas Dr. Martensáo su molestoáhistorial compartido.

Kangáes el hijo deládueño y fundador del Imugi, ese al que todos acusan deánepotismo. Está harto de que todos lo traten como «el hijo de», incluida laáinsolente pelirrojaácon la que ha compartido toda laácarrera. Pero él tiene claros sus objetivos:ádemostrar su valía,áconseguir un puesto? yásuperar su obsesiónápor lasápecas de O'Brien.

Lo que ninguno de los dos esperaba es que, entreávoluntariados,ácapibaras delincuentesáy algúnámisterio, también haya espacio para unaáatracción imposible de ignorar.