Un hombre gris que da el último adiós a su mujer tras haberla cuidado en silencio durante quince años; un viejo que cuenta su historia con Jeanne Hébuterne, la niña muerta; una mujer que busca a su hijo desaparecido; un teniente de fronteras que lo arriesga todo por salvar a un grupo de refugiados; un tipo que camina su desasosiego por las calles lisboetas; un carpintero que se ve obligado a labrar su propio ataúd... Todos ellos, personajes anónimos atrapados en circunstancias adversas que luchan a ciegas por mantener la dignidad y sobreponerse a unos acontecimientos que los sobrepasan. Así, una a una, las breves historias que nos encontramos en Zorros plateados, conforman el fresco de un atormentado siglo xx. Con una escritura en la que subyacen siempre la tensión dramática y la emoción, es éste un conjunto de relatos tan valiente como necesario, que nos habla no sólo de la libertad, sino de la necesidad del ser humano de rebelarse contra todo cuanto atente contra sus propias convicciones.