Después del éxito internacional de los dos primeros tomos de la trilogía del comisario Yeruldelgger, y con más de medio millón de lectores adictos a las aventuras de su héroe, Ian Manook vuelve con La muerte nómada, una tercera y última entrega de gran fuerza que pone un final dramático a una de las series más originales de los últimos tiempos y supone el adiós a uno de los personajes más inolvidables que ha dado el género policíaco en fecha reciente.

Desgastado por años de lucha contra el crimen y herido por la muerte sin resolver de su hija, el incorruptible comisario Yeruldelgger ha abandonado la policía de Ulán Bator. Al plantar su yurta en la inmensidad del desierto de Gobi, un lugar rodeado de belleza y silencio, se reencuentra con sus tradiciones ancestrales, unas costumbres que había ido enterrando lentamente bajo su propia coraza. Pero su jubilación durará poco. Contra su voluntad, dos jinetes extraños lo empujarán a volver a la acción, sumergiéndolo en una sangrienta aventura de consecuencias imprevisibles. Yeruldelgger, encerrado en su misticismo a ultranza, deberá regresar al mundo real. Un territorio de fuego cruzado entre mercenarios que actúan por cuenta de compañías financieras y de policías corruptos, de jóvenes militantes fieles a los juramentos ancestrales de Gengis Kan y de un Yeruldelgger paladín de unas ideas a las que se niega a renunciar. Destripada por las excavadoras de las multinacionales, expoliada por los especuladores, arruinada por la corrupción, la Mongolia de los nómadas y de los chamanes parece haber vendido su alma al diablo. Desde las áridas estepas hasta el corazón de Manhattan, desde Canadá hasta Australia, Manook insufla en el género policíaco un viento más negro y salvaje que nunca.