Durante los siglos XVI a XVIII, el Ejército español contó con la ayuda de ingenieros de origen extranjero, en su mayor parte italianos y flamencos que colaboraron con los ingenieros españoles en las tareas de defensa y toma de plazas en los conflictos europeos y en la protección de las tierras americanas. En los comienzos del siglo XVIII, la Guerra de Sucesión española hizo que ingenieros franceses enviados por Luis XIV de Francia también colaborasen con las fuerzas españolas. La presencia de aquellos ingenieros fue de gran trascendencia, pues aportaron conocimientos y, de una manera muy especial, pusieron las bases para la constitución del Cuerpo de Ingenieros en el Ejército español, lo que se llevó a cabo el 17 de abril de 1711 de mano del ingeniero flamenco Jorge Próspero Verboom, a imitación del Cuerpo de Ingenieros constituido en Francia por el mariscal Vauban.