Es un poemario desgarrador, crudo y, a veces, irónico, que explora el viaje emocional de una persona a través de las etapas del amor, la pérdida y la auto-redención. Desde las calles de Miami hasta los callejones de Melbourne, la narrativa poética recorre geografías físicas y emocionales, mostrando cómo las relaciones moldean y, a veces, desmoronan nuestra identidad. Este libro es una confesión y un juicio, donde la autora se enfrenta a sus propios errores y encuentra su identidad entre los restos de lo destruido. La voz poética en Lugares a donde no puedo volver es directa, utilizando metáforas poderosas e imágenes claras que permiten al lector visualizar los lugares a través de las palabras. El lenguaje accesible transmite sentimientos profundos, convirtiendo cada poema en una confesión y un fragmento de una historia mayor.