En 2014, Miguel de Cervantes y Saavedra fue objeto del interés mediático cuando se abrió una cripta del convento de las Trinitarias, en Madrid, en busca de sus restos. Todo un equipo de forenses, arqueólogos, antropólogos y otros 36 expertos -después de muchos trabajos y desvelos- sólo pudieron concluir que, sus huesos, «quizá, es posible... se encuentren fragmentados y mezclados con los de otros dieciseis, incluida su esposa».Una década después, el inmortal autor volvería a convertirse en actualidad cuando, desde algún círculo académico, se coqueteó con la posibilidad de que este hubiera nacido en Córdoba. Esta afirmación no sólo sería rápidamente confrontada, sino que la propia Sevilla se sumaría como candidata a ser la cuna de Cervantes.Los autores de La sombra de Cervantes en Córdoba nos ofrecen, entre el más tiguroso ensayo y una ágil y absorbente ficción histórica, la relación del autor con la ciudad, cuyos rincones -posada del Potro, calle Osario, plaza de la Corredera...- dejarían una honda impronta, quedando esta grabada en su obra.