La conquista de quince mil leguas no es un tratado científico sino más bien un documento propagandístico y hasta un manual de campana para los mariscales que pocos años después abordarían uno de los capítulos M S bochornosos de la historia Argentina: la llamada "conquista del desierto". Esta obra tiene la virtud de dejar plasmado de forma inequívoca e indiscutible el pensamiento hegemónico de toda una generación que per genio la expulsion y el exterminio de los indígenas que habitaban los territorios al sur del Rio salado, en un contexto donde el ciudadano promedio de la urbe no conocer la situación fronteriza, y lo que llegaba desde los ayuntamientos distantes, por vía directa e indirecta, era alarmante. A la propaganda que presentaba a los nativos como belicosos que someten a tensión y peligro constantes a los habitantes de las avanzadas, se suma el clima de litigio en torno al inminente conflicto territorial con Chile, argumentos que le dieron a zeballos la impunidad, o al menos la