¿Por qué estamos aquí? ¿Qué nos espera? Creemos estar vivos, no teníamos intención de viajar en la barca de Caronte, rumbo al Hades. Cuánto más tranquilos estaríamos si solo se tratara de cruzar el Estigia. Solo que nada es tan simple cuando nuestro Virgilio se llama Ángel Olgoso. Sepan los lectores que desde ahora ni siquiera esta experimentada embarcación es segura, sepan que se levantan negras olas, que sus pasajeros caerán sin remedio en las aguas hirvientes. Y ya nada debería sorprender al viajero obligado a nadar en el Estigia. Nuestro guía no escamotea ningún recurso para sorprender-perturbar al viajero, y maneja con maestría registros muy diversos. Olgoso nos hace viajar en el tiempo, en el espacio, nos sumerge en la angustia de la transmigración, provoca el desasosiego del lector. No en vano la categoría de fantástico es insuficiente para definir sus cuentos antirrealistas. Quien decida emprender el temible viaje por Estigia debe estar bien pertrechado, porque nunca sabrá adónde puede llegar a recalar su espíritu. ¿Cuáles son los demonios que Olgoso convoca para atormentarnos dulcemente mientras leemos y nadamos, con la cabeza apenas sobresaliendo de las negras aguas? Ana María Shua