Dos cebollanos, una malpiqueña y un malpiqueño. Cuatro toledanos de ochenta y tantos años, cuatro «bolos» residentes en Madrid. Sus piques cotidianos, su rutina diaria en un parque de Madrid, donde se juntan cada día, hasta que un hecho insólito, seguido de algunos otros como consecuencia del anterior, altera ?y de qué manera? su relativa monotonía.Una obra más de esas en las que el autor pretende, además de divertir, reflejar y dar notoriedad a su tierra y a su gente, concretamente, como en este caso, a sus mayores, su particular argot, sus chascarrillos, haciendo especial hincapié en ese localismo famoso con el que se identifica a los toledanos y a la provincia del «bolo».