Este libro es el fruto de una larga conversación entre un maestro y su discípulo y, en cierta medida, es también una reivindicación del papel esencial que este tipo de relación viene jugando desde tiempos inmemoriales en el ámbito de la enseñanza. El diálogo sobre cine, arte y literatura que entablan en estas páginas un profesor, Santos Zunzunegui, y su antiguo alumno, Asier Aranzubía, sirve para demostrar que este tipo de relación basada en el respeto, y sobre todo, el intercambio de saberes, todavía es posible. Santos Zunzunegui es un ôprofesor de provinciasö, alguien que ha desarrollado su carrera académica lejos de ese centro cultural y universitario que en nuestro país representan Madrid y Barcelona, centrándose en la Universidad del País Vasco, un entorno cultural e intelectual con dinámicas propias y poco frecuentadas por la literatura memorialística española. El ambiente cultural y cinéfilo del Bilbao de la segunda mitad del siglo pasado, las singularidades de la militancia política en el contexto vasco o la propia gestación de unos estudios universitarios de comunicación son algunas de