... Por seguir imitando a Cunqueiro, me he decidido a tratar en este mi libro a tres personajes nacidos fuera de Galicia, pero encarnados en lo voso... Las tres historias tienen en común a Santiago, pero en épocas bien diferenciadas, después de Napoleón, de la primera República y de Franco: una monja que saltó al vacío intentando escapar, un cardenal que desenterró (poco menos que a hostias) unos valiosos huesos para luego marcharse y si te he visto no me acuerdo y, un fervoroso cristiano que no se atrevió a imitar a Jesucristo, arrojando del templo a unos vociferantes canónigos y optó por marcharse regruñendo: Nunca máis!Despachada la vida y milagros de estos tres, quise darle la vuelta al calcetín para enterarme sobre cómo veían a Galicia los viajeros que, alumbrados por las luces de la Ilustración, llegaron del otro lado del mar durante la segunda mitad del xviii, cuando nos estábamos desperezando de un letargo secular, viajeros interesados por conocer la periferia de un país excéntrico con la absurda idea de compararnos con lo suyo.