Los orígenes del país que vamos a curiosear hay que buscarlos en la colosal amalgama de sus pueblos invasores: hititas, frigios, lidios, persas, romanos, griegos, bizantinos, árabes y otomanos que han formado uno de los crisoles históricos más impresionantes que existen. En la parte europea de Turquía destaca la capital del sultanato, Estambul, con su Santa Sofía y el palacio Topkapi, más el Gran Bazar, mercado de mercados. Edirne está a un paso de Bulgaria, destaca por su poderosa mezquita mandada construir por Selim II. Las ruinas de Troya son otra importante atracción turística. Anatolia, es la parte asiática de Turquia, destaca por sus ruinas como las de Efeso, Pergamo, Bogazkale o las muy perdidas de Nemrut Dagi. Otra de las ruinas más espectaculares del mundo antiguo son las de Hiéropolis, y junto a las mismas, las pozas con aguas color algodón de Pamukkale. El mundo bíblico está presente en Sanli Urfa y los castillos de los cruzados en la Pequeña Armenia. Bodrum y Antalya son grandes balnearios turísticos. Hay infinidad de pueblos pintorescos y es un país que no se acaba de conocer nunca. A lo anterior se une la hospitalidad de sus habitantes y una excelente y muy variada cocina casera.