La autora sabe perfectamente que, a pesar de aferrarse a la vida, siente que no encaja en este mundo muchas veces, lo sabe, pero sobrevive como quien renace cada mañana y comulga con la vida: ?Amanece y abro los ojos. Poco a poco un mundo bonito, aunque no esté hecho a mi medida?. Ese conocimiento de quien es consciente de que es de otro mundo, pero es este el mundo en el que habita. Versifica y les habla a la abuela y a su madre reiteradamente, sus mujeres protectoras, esas que han vivido desgastándose en ese rol exclusivo de cuidadoras al que se relegaba y aún se relega en parte a las mujeres. Por eso, en el poema ?Mamá está enferma?, se angustia corriendo por los hospitales hasta que la sabe a salvo y le dice: "Come, mamá y vive un poco más para poder sostener mi risa infantil ".
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