Año 187 a.C. Tras haber alcanzado grandes victorias en favor de la República, Publio Cornelio Escipión y su hermano Lucio se enfrentan al ocaso de sus días de gloria. Un joven Tribuno de la Plebe, Tiberio Sempronio Graco, se consolida como uno de los aspirantes a ocupar el vacío dejado por los Escipiones, siendo cada vez más los senadores que fijan en él su atención. Cayo Quinto Lépido, un amigo de su padre, tratará de acompañarlo en un camino que podría acercarle peligrosamente a las ideas de magistrados como Marco Porcio Catón, cuyo poder va en aumento. Mientras tanto, en Hispania continúan las guerras contra los pueblos que se resisten al dominio de Roma. El caudillo Thurro recibe la visita de un anciano lusitano que le encomienda el cuidado de su nieta, Navia. No será el único acontecimiento que altere la tranquilidad de su vida en Alce. La necesidad de encontrar aliados contra las legiones empujará a Thurro y Navia a una peligrosa aventura donde los romanos no serán los únicos enemigos que encuentren en el camino.