En 1975, una joven cineasta belga de 24 años filmó la que está considerada como una de las mejores películas de la historia. La cineasta era Chantal Akerman, la película, Jeanne Dielman, 23, quai du Commerce, 1080 Bruxelles.Este ensayo pretende ser una reflexión personal sobre este film que, como ningún otro, retrata el trabajo rutinario del ama de casa, su soledad y su alienación. Reflexiona también sobre la mirada femenina y el lugar que ocupa esta película ?desconocida, pero imprescindible? en la historia del cine.
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