En el pequeño pueblo de Nimbórida, la lluvia nunca faltaba gracias a la fábrica de nubes de doña Nebulina, que podía crear desde divertidos cúmulos a poderosos cumulonimbos. Nubia adoraba saltar en los charcos, pero cuando los habitantes del pueblo se cansaron de la lluvia, exigieron el cierre de la fábrica. Sin lluvia, la sequía lo cambió todo. Desesperada por salvar su hogar, Nubia, con valentía, emprendió un viaje para devolverle al pueblo lo que había perdido. ¿Quieres acompañarla?
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